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Carta 319

Teresa de Ávila

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finales de diciembre 1579 (Malagón)
A la M. María de San José,

Misiva fuerte, en tono agridulce. Ha precedido una «carta terrible» a madre María, y una respuesta «buena y humilde» de ésta reconociendo «haber errado». A Malagón ha venido la Santa (25.11.79) para construir la casa y reorganizar la comunidad, maltrecha por el malgobierno y el desasosiego. En la crisis han influido madre María y sus monjas con cartas desacertadas (ver c. 318, 9). La Santa ha pedido a Doria que «dé una buena penitencia a la priora» de Sevilla, M. María (c. 318, 9). Ahora se allana: «vuestra reverencia (M. María) me perdone a mí, que con quien bien quiero soy terrible»...; y responde a la serie de preguntas de madre María: — sobre los jesuitas — sobre la admisión de novicias cuando la comunidad está a tope; — sobre las próximas elecciones de supriora y maestra de novicias en el carmelo de Sevilla; — sobre una posible fundación en Portugal. — Para mayor abundamiento, que madre María lea la carta del 21.12 al P. Doria, en que hay otras cosas para ella: Datación aproximada: posterior al 21 de diciembre.

1. Jesús. — La gracia del Espíritu Santo sea con vuestra reverencia, hija mía. En la carta de mi padre fray Nicolao1 me he alargado en algunas cosas que no diré aquí, porque vuestra reverencia las verá. La suya viene tan buena y humilde que merecía larga respuesta. Mas vuestra reverencia ha querido escriba al buen Rodrigo Alvarez2, y así lo hago, y no hay cabeza para mucho más. Dice Serrano3dará éstas a quien las lleve a recaudo. Plega a Dios sea así. Holgádome he con él y pesádome de que se viene. Téngola tan agradecido lo que hizo en tiempo de tanta necesidad, que no había vuestra reverencia menester acordármelo. De procurar tengo se torne allá, que es mucho para en esa tierra haber de quien se fiar.
2. En ésta no me hallo tan mal de salud como por otras. De la poca que me escribe la hermana Gabriela4 que tiene vuestra reverencia me ha pesado mucho. Los trabajos han sido tantos que, aunque fuera de piedra el corazón, le hubieran hecho daño. Yo quisiera no haber ayudado a ellos. Vuestra reverencia me perdone a mí, que con quien bien quiero soy intolerable, que querría no errase en nada. Así me acaeció con la madre Brianda5que le escribía cartas terribles, sino que me aprovechaba poco.
3. Cierto que en parte tengo por peor lo que el demonio traía urdido en esta casa6 que lo de ésa; lo uno, porque duró más, y lo otro, porque fue el escándalo de los de fuera muy más perjudicial, y no sé si quedará tan sano como esotro; creo que no, aunque se ha remediado para el que había dentro y la inquietud. El Señor lo ha allanado. Sea El bendito, porque las monjas tenían poca culpa. De quien más enojada he estado es de Beatriz de Jesús7, porque jamás ha díchome una palabra, ni aun ahora, con ver que todas me lo dicen y que yo lo sabía. Hame parecido harto
Ver manuscrito
poca virtud o discreción. Ella debe pensar es guardar amistad, y a la verdad es asimiento grande que tiene; que la verdadera amistad no se ha de ver en encubrir lo que pudiera haber tenido remedio sin tanto daño.
4.Vuestra reverencia, por amor de Dios, se guarde de hacer cosa que sabido pueda ser escándalo. Librémonos ya de estas buenas intenciones que tan caro nos cuestan. Y eso de que comió allá ese padre de la Compañía no lo digan a nadie, aunque sea a nuestros descalzos, que, según es el demonio, hará que haya sobre ello ruido entre ellos, si lo saben. No piensen me cuesta poco estar ahora más blando el rector8—y por acá lo están todos—, que harto he puesto hasta escribir a Roma, de donde creo ha venido el remedio.
5.Grandemente he agradecido a ese santo de Rodrigo Alvarez lo que hace y al padre Soto9. Déle mis encomiendas y dígale que me parece es más verdadero amigo en hacer las obras que las palabras, pues nunca me ha escrito ni enviado siquiera unas encomiendas.
6.No sé cómo dice vuestra reverencia que el padre fray Nicolao la ha revuelto conmigo, porque no tiene otro defensor mayor en la tierra. Decíame él la verdad para que, como entendía el daño de esa casa, no estuviese engañada. ¡Oh, mi hija, qué poco va en disculparse tanto para lo que a mí me toca!; porque verdaderamente le digo que no se me da más que hagan caso de mí, que no, cuando entendiese aciertan a hacer lo que están obligadas. El engaño es que, como a mí me parece que miro lo que les toca con tanto cuidado y amor, paréceme que no hacen lo que deben si no me dan crédito, y que me canso en balde. Y esto es lo que me hizo enfadar de suerte que lo quisiera dejar todo, pareciéndome, como digo, no aprovechar de nada, como es verdad. Mas es tanto el amor, que en siendo de algún efecto no pudiera acabarlo conmigo, y así no hay que hablar en esto.
7.Serrano me ha dicho que se ha tomado ahora una monja10, y con
Ver manuscrito
forme a las que él piensa que hay en casa (porque me dice cree son veinte) ya estará el número cumplido, y si lo está, nadie puede dar licencia para que se tome, que el padre vicario11no puede hacer cosa contra las actas de los apostólicos12. Mírese mucho, por amor de Dios, que se espantaría el daño que es en estas casas ser muchas, aun aunque tengan renta y de comer. No sé cómo pagan tanto censo cada año, pues tienen con qué lo quitar. Harto me he holgado de eso que viene de las Indias13. Sea Dios alabado.
8.En lo que dice de la supriora, teniendo vuestra reverencia tan poca salud no podrá seguir el coro, y es menester quien lo sepa muy bien. El parecer niña Gabriela14importa poco; que ha mucho que es monja, y las virtudes que tiene son las que hacen al caso. Si en el hablar con los de fuera hubiere alguna falta, puede ir con ella San Francisco15. Al menos es obediente, que no saldrá de lo que vuestra reverencia quisiere, y tiene salud (que es mucho menester no faltar del coro), y San Jerónimo16no la tiene. Conforme a conciencia, a quien mejor se puede dar es a ella. Y pues ya tuvo el coro en vida de la negra vicaria17, verían si lo hacía bien, y así le darán de mejor gana el voto; y para supriora más se mira en la habilidad que en la edad.
9.Ya escribo al padre prior de Pastrana lo de la maestra de novicias18, que bien me parece lo que dice; querría hubiese ya pocas, que para todo es gran inconveniente, como he dicho, y no hay por dónde se vengan a perder las casas sino por aquí.
10.Mucho querría —pues por allá hay de qué socorrer a la necesidad de la Orden— que de lo que está en Toledo se fuese pagando a mi hermano19; porque verdaderamente que tiene necesidad, de manera que va tomando más censos con que paga quinientos ducados cada año de la heredad que compró, y ahora ha vendido de lo que ahí le pagan, en valor de mil ducados. Hámelo dicho algunas veces y yo veo tiene razón, y siquiera,
Ver manuscrito
aunque no sea junto, pagar algo; allá verán lo que puede hacer.
11.Gran cosa es la limosna que hace el santo prior de las Cuevas20, del pan. Con eso que tuviera esta casa pudieran pasar, que no sé qué se han de hacer. No han hecho sino tomar monjas con nonada. Lo que dice de Portugal, harta prisa da el arzobispo21; yo me pienso dar espacio para ir allá. Si puedo, le escribiré ahora. Procure vuestra reverencia vaya la carta con brevedad y a recaudo.
12.El conocerse Beatriz22querría aprovechase para desdecir lo que ha dicho a Garciálvarez23, por lo que toca a su alma. Mas traigo gran temor que no se entiende y que sólo Dios lo ha de hacer.
13.El haga a vuestra reverencia tan santa como yo le suplico, y me la guarde, que, por ruin que es, quisiera tener algunas como ella, que no sé qué me haga si ahora se funda, que no hallo ninguna para priora, aunque las debe haber, sino, como no están experimentadas y veo lo que aquí ha pasado24, hame puesto mucho temor, que con buenas intenciones nos coge el demonio para hacer su hecho, y así es menester andar siempre con temor y asidas de Dios y fiar poco de nuestros entendimientos; porque, por buenos que sean, si esto no hay, nos dejará Dios para errar en lo que más pensamos que acertamos.
14.En esto de esta casa (pues ya lo ha entendido), puede tomar experiencia, que cierto le digo que quería el demonio hacer algún salto y que a mí me tenía espantada algunas cosas de las que vuestra reverencia escribía haciendo caso de ellas25. ¿Adónde estaba su entendimiento? ¡Pues qué San Francisco! ¡Oh, válgame Dios, las necedades que traía aquella carta, todo para conseguir su fin! El Señor nos dé luz, que sin ella no hay tener virtud, sino para mala habilidad.
15.Yo me huelgo que vuestra reverencia esté tan desengañada, porque le ayudará para muchas cosas; porque para acertar aprovecha mucho haber errado, que así se toma experiencia.
Dios la guarde, que no pensé poderme alargar tanto.
De vuestra reverencia sierva,
Teresa de Jesús.
La priora26se le encomienda mucho, y las hermanas.
Ver manuscrito

1. Nicolás Doria. Carta 318 (del 21.12.79). Ver la nota previa y nota 11.
2. Rodrigo Alvarez, jesuita de Sevilla (ver Relación IV y V).
3. Serrano: recadero de la Santa, venido de Sevilla a Toledo.
4. Leonor de San Gabriel.
5. Brianda de San José, expriora de Malagón, responsable del desasosiego de esta casa.
6. Carmelo de Malagón. Alude a las imprudencias del capellán, Gaspar de Villanueva. Ver c. 316-317.
7. Beatriz de Jesús (Cepeda), ex-vicaria de Malagón.
8. Rector de los jesuitas de Sevilla, Diego de Acosta. Alude probablemente a los incidentes motivados por el P. Gaspar de Salazar y su conato de paso a la reforma teresiana (1578).
9. Soto: sacerdote amigo de los descalzos de Sevilla.
10. Probablemente María de la Cruz (Céspedes), que profesará el 15.1.1581.
11. Vicario general: Angel de Salazar.
12. Actas de los visitadores apostólicos: Pedro Fernández, Francisco de Vargas y Jerónimo Gracián.
13. De las Indias ha venido a la comunidad de Sevilla una heredad de 800 pesos (ver c. 332, 6).
14. Leonor de San Gabriel. De hecho ella fue elegida supriora.
15. Isabel de San Francisco, expriora de Paterna.
16. Isabel de San Jerónimo.
17. En vida de (durante el gobierno de) la negra vicaria: Beatriz de la Madre de Dios.
18. Que de momento sea maestra de novicias la priora, madre María (ver c. 318, 16).
19. Lorenzo de Cepeda. —La heredad...: la finca de La Serna.
20. Prior de la cartuja... Hernando de Pantoja.
21. Arzobispo de Evora, don Teutonio de Braganza: para una fundación en Evora.
22. El conocerse Beatriz (de la Madre de Dios-.la exvicaria): reconocer lo hecho, arrepentirse.
23. Garciálvarez, confesor que ha sido de las descalzas en Sevilla.
24. Ver n. 3 y nota 6.
25. Ver c. 318, 9.
26. Priora de Malagón, Jerónima del Espíritu Santo, venida con la Santa.

S.302  E.296  Lf.269  A.I 62  T.245

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Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

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