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Carta 206

Teresa de Ávila

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principios de agosto 1577 (Avila)
A don Alvaro de Mendoza

Gratitud a don Alvaro por un gran favor. Nombrado obispo de Palencia (28.6.1577), a ruegos de la Santa accede a que el carmelo de San José (Avila) pase de su jurisdicción a la de la Orden del Carmen. Avala la decisión el 2 de agosto, en Olmedo, antes de trasladarse a la nueva diócesis (MHCT, t. 1, p. 371). Gracián ha venido con la Santa a tomar la obediencia de las monjas y visitar la comunidad. — La carta de la Santa data de pocos días después. Ella media con gusto entre Gracián y Don Alvaro. Entre don Alvaro y alguien que interfiere en el casamiento de su sobrina. Por fin, entre Don Alvaro y el buen amigo Daza que no quisiera perder la ocasión para obtener una prebenda.

Al ilustrísimo señor y reverendísimo don Alvaro de Mendoza, obispo de Avila, mi señor, en Olmedo.
1. Jesús. — La gracia del Espíritu Santo sea con vuestra señoría siempre, amén. Ya estoy buena del mal que tenía1, aunque no de la cabeza, que siempre me atormenta este ruido. Mas con saber que tiene vuestra señoría salud pasaré yo muy bien mayores males.
2. Beso a vuestra señoría muchas veces las manos por la merced que me hace con sus cartas, que nos son harto consuelo, y así le han recibido estas madres y me las vinieron a mostrar muy favorecidas, y con razón.
3. Si vuestra señoría hubiera visto cuán necesaria era la visita de quien declare las constituciones y las sepa de haberlas obrado2, creo le diera mucho contento y entendiera vuestra señoría cuán gran servicio ha hecho a nuestro Señor y bien a esta casa, en no la dejar en poder que supiera mal entender por donde podía y comenzaba a entrar el demonio, y hasta ahora sin culpa de nadie, sino con buenas intenciones. Cierto, que no me harto de dar gracias a Dios3.
4. De la necesidad, ni falta que nos hará; cuando el obispo no haga nada con ella4, no tenga vuestra señoría pena, que se remediará mejor de unos monasterios a otros que no lo que está en quien en toda la vida nos tendrá el amor que vuestra señoría. Como tuviéramos a vuestra señoría aquí para gozarle —que ésta es la pena—, en lo demás ninguna mudanza parece que hemos hecho, que tan súbditas nos estamos;
Ver manuscrito
porque siempre lo serán todos los prelados de vuestra señoría, en especial el padre Gracián, que parece le hemos pegado el amor que a vuestra señoría tenemos.
5.Hoy le envié la carta de vuestra señoría, que no está aquí. Fue a despachar los que iban a Roma, a Alcalá5. Muy contentas han quedado las hermanas de él. Cierto, es gran siervo de Dios; y como venlo que en todo seguirá lo que vuestra señoría mandare, ayuda mucho.
6.En lo que toca a aquella señora, yo procuraré lo que vuestra señoría manda, si hubiere ocasión, porque no es persona que acostumbra venir a esta casa quien me lo vino a decir; y, a lo que se dio a entender, no es cosa de casamiento. Después que vi la carta de vuestra señoría, he pensado si es eso y se pretendía atajar; aunque no puedo entender que tenga persona que le toque en este caso quien me lo dijo, sino como celo de la república y de Dios. Su Majestad lo guíe como más se sirva, que ya está de suerte que, aunque vuestra señoría no quiera, le harán parte. Harto me consuelo yo que esté tan libre vuestra señoría para no tener pena. Mire vuestra señoría si sería bien advertir a la abadesa6y mostrarse vuestra señoría enojado con la parte, para si se pudiese remediar algo; que yo digo a vuestra señoría que se me encareció mucho7.
7.En el negocio del maestro Daza8no sé qué diga, que tanto quisiera que vuestra señoría hiciera algo por él, porque veo lo que vuestra señoría le debe de voluntad, que, aunque no fuera después nada, me holgara. Esta dice tiene tanta que, si entendiese que da a vuestra señoría pesadumbre suplicar le haga mercedes, no por eso le dejaría de servir, sino que procuraría no decir jamás
Ver manuscrito
a vuestra señoría que le hiciese mercedes. Como tiene esta voluntad tan grande y ve que vuestra señoría las hace a otros y ha hecho, un poco lo siente, pareciéndole poca dicha suya.
8.En lo de la canonjía, él escribe a vuestra señoría lo que hay. Con estar cierto que si alguna cosa vacare antes que vuestra señoría se vaya le hará mercedes, queda contento; y el que a mí me daría esto es porque creo a Dios y al mundo parecería bien, y verdaderamente vuestra señoría se lo debe. Plega a Dios haya algo, por que deje vuestra señoría contentos a todos, que aunque sea menos que canonjía lo tomará, a mi parecer. En fin, no tienen todos el amor tan desnudo a vuestra señoría como las descalzas, que sólo queremos que nos quiera y nos le guarde Dios muy muchos años.
9.Pues mi hermano9bien puede entrar en esta cuenta. Está ahora en el locutorio. Besa las manos muchas veces de vuestra señoría, y Teresa los pies. Todas nos mortificamos de que nos mande vuestra señoría le encomendemos a Dios de nuevo, porque ha de ser ya esto tan entendido de vuestra señoría, que nos hace agravio. Danme prisa por ésta, y así no me puedo alargar. Paréceme que con que diga vuestra señoría al maestro10si algo vacare se lo dará, estará con-tento.
Indigna sierva y súbdita de vuestra señoría,
Teresa de Jesús.

1. Alude al famoso achaque de febrero (1577 c. 176), del que se resentía todavía a primeros de abril (c. 189, 1) y al comenzar el libro de las Moradas (junio 1577: ver prólogo de este libro). Son los «ruidos» en la cabeza, de que hablará luego.
2. Obrado: practicado. Alude a la visita hecha por Gracián al carmelo de San José al pasar a la obediencia de la Orden.
3. Dar gracias a Dios por el traslado de jurisdicción del carmelo de Avila. Recuérdese que había sido fundado (24.8.1562, cf. Vida 33, 16) bajo la jurisdicción de don Alvaro, obispo de la ciudad. Ahora, lo hecho mira a «no dejar la casa en poder (jurisdicción) de quien no supiera entenderla».
4. Si el nuevo obispo no hiciere nada por la casa (de San José)...
5. Por decisión del capítulo de Almodóvar (septiembre 1576), y expreso deseo de la Santa (c. 436, 3), debían ir a Roma dos descalzos: los designados, Pedro de los Angeles y Juan de San Diego, no saldrán hasta fines de 1578.
6. La abadesa: quizás doña Ana Quixada de Mendoza, abadesa de las Huelgas de Valladolid, prima de don Alvaro, de quien habló en c. 285, 1.
7. Alusión indescifrable al casamiento de la sobrina de don Alvaro, de que tratará la carta.
8. Gaspar Daza (uno de los destinatarios de Vida) que por medio de la Santa suplica a don Alvaro una prebenda. Ver n. 9.
9. Lorenzo de Cepeda y su hija Teresita; hermano y sobrina de la Santa.
10. Al maestro: Gaspar Daza.

S.192  E.199  Lf.163  A.I 4  T.51

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Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa de Jesús nace en Ávila un 28 de marzo de 1515, siembra nuevos Carmelos por los caminos de España, vive una experiencia mística plena, que luego transmite en múltiples escritos y un nutrido epistolario. Doctrina y magisterio que avalará la Iglesia incluyéndola en el Catálogo de sus Santos y otorgándole, pro vez primera a una mujer, el título de Doctora.

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